Fuente: freshpickedbeauty.com |
He leído en bastantes foros los argumentos de las defensoras de estas tendencias, y tengo que confesar que casi me convencieron porque creo que los champús comerciales llevan demasiadas porquerías que a mi pelo no le gustan. Por ejemplo, los famosos Lauryl Sulfate y Laureth Sulfate, tensioactivos que me dan alergia y que están presentes en el 90% de las marcas (por suerte he encontrado un pequeño reducto de champús sin estos componentes).
Además, es cierto que existen otras formas de lavar el cabello que se llevan utilizando milenios y cuyos ingredientes no sobrepasan una línea de texto: el jabón negro de Marruecos es un claro ejemplo, junto con el rhassoul, una arcilla que libera el cuero cabelludo de impurezas y deja el cabello limpísimo. Pero de ahí a pasar a lavar el pelo sólo con agua... en fin, como que no.
Por lo visto no soy la única que ve inconvenientes a esta tendencia tan bio, tan eco y tan moderna. El tricólogo Alberto Gorrachátegui (es decir, un dermatólogo especialista en la caída del cabello) desmiente algunas de las ideas que preconizan las seguidoras del No Poo. Así que he aquí mis conclusiones intercaladas con las explicaciones del Doctor (*las cursivas son sus declaraciones):
1. Si te lavas el pelo sólo con agua seguirá estando sucio
Cualquiera que sea un poco sensato se
dará cuenta de que es una moda sin sentido ni fundamento desde el punto
de vista de la higiene normal. El agua puede eliminar partículas de
polvo, incluso algo de sudor, pero por sí sola no
limpia. Igual que utilizamos jabón para lavar el cuerpo o la ropa,
debemos utilizar champú para lavar la cabeza, de otra manera el cabello
estaría sucio siempre y eso supone un foco de infecciones.
2. Que no, que el cabello no se ensucia más a menudo por lavarlo habitualmente
El cabello no tiene la capacidad de limpiarse por sí solo y, desde luego, nunca llegaría un momento en el que no se ensuciaría, ya que esto sucede por motivos que no
desaparecen con desuso del champú (el polvo atmosférico, por el
ambiente, el sudor…). Simplemente hay que elegir un champú adecuado al
tipo de piel de cada persona.
3. Las siliconas no son tan fieras como las pintan
Se trata de una alarma totalmente
injustificada, las siliconas mejoran el aspecto del cabello y hacen que
se vea bien a nivel externo sin dañarlo, no
tienen ningún efecto sobre enfermedades o acepciones capilares. Hay que
dejar claro que el pelo es una materia inerte, el hecho de que se dañe no
influye en el cuero cabelludo, en posibles caídas ni en el estado del
cabello que vaya a nacer nuevo. Por eso un champú nunca podría tener una
actividad lesiva en el cuero cabelludo, al contrario, precisamente
contienen activos hidratantes, proteínas y sustancias con actividad
queratogena para darle al cabello un aspecto saludable.
4. Sí, el acondicionador tienes que usarlo siempre para hidratar el cabello
El cuero cabelludo, como cualquier
otra zona cutánea activa, tiene sus funciones para mantenerse en
correctas condiciones. Pero esto ocurre con la piel, no con el pelo en sí, que necesita productos para aportarle luminosidad, grosor y elasticidad.
5. Pero algunos remedios de la abuela también funcionan
El vinagre en general (no
solo el de sidra) se ha utilizado durante años como un gran
acondicionador para el cabello, antes de que aparecieran tantos
productos de peluquería era muy habitual su uso. Es una opción más, ya
que se trata de un producto natural y biológico que tiene la capacidad
de suavizar el pelo, pero siempre combinándolo con un champú adecuado.
Y vosotras, ¿sois Pro Poo o No Poo?
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