Cuida tu piel en verano... ¡y no únicamente del sol!
13/6/12
Según diferentes estudios (y un poco de sentido común), el verano es la época del año más peligrosa para la piel, que es el órgano más extenso de nuestro cuerpo. Por ello, es imprescindible extremar el cuidado, especialmente en el caso de pieles atópicas o frágiles.
Según estudios de “The Skin Cancer Foundation”, una prestigiosa organización mundial dedicada a prevenir y estudiar los efectos del cáncer a la piel, el porcentaje de mujeres menores de 40 años que padecen de esta enfermedad se triplicó en el mundo en los últimos 30 años mientras que esta misma patología es la primera causa de muerte en hombres después de los 50 años, antes del cáncer de próstata, pulmón y colon.
Estos datos son muestra de la importancia de preocuparnos por la piel, más aún durante el verano, cuando las temperaturas aumentan y la exposición a los rayos solares nos transforman en objetivos vulnerables a la radiación UV-B.
El doctor Martín Anaya nos enumera los principales peligros que corre nuestra piel en el periodo estival:
Obviamente, el principal peligro para la piel en verano es el sol. Por ello hay que protegerse con cremas solares, camiseta y gorra o sombrero. También hay que evitar exponerse a estos rayos en las horas centrales del día (de 12 de la mañana a 4 de la tarde)
Además la hidratación de la piel debe ser una tarea cotidiana, no limitada a los momentos en que se va a tomar el sol. Esto es así porque el calor, y más aún el calor seco de interior, deshidrata mucho la piel.
La humedad provocada por el sudor o las chanclas mojadas y el hábito de bañarse en piscinas públicas hacen que proliferen los hongos en los pies y las infecciones en las uñas (onicomicosis). Para evitar esto es necesario mantener los pies secos siempre que sea posible y utilizar antifúngicos.
Los insectos son uno de los incordios del verano, especialmente si eres alérgica como una servidora. Tanto en los ríos como en la cama, los mosquitos, avispas y tábanos están siempre al acecho de la carne humana para hacer un estropicio. Las picaduras de mosquitos se pueden evitar (aunque no del todo) con repelentes. Además, es mejor no rascarse, ya que quedan manchas antiestéticas.
Mala práctica del deporte: hacer ejercicio es una arma de doble filo. Por un lado, estimula la circulación, la función muscular y elimina ciertos productos metabólicos. Pero puede producir daño si lo realizamos en forma excesiva bajo mucho calor, ya que se expone a la piel a alta temperatura y la somete a un aumento de la sudoración, formando pequeños granitos en la piel. Es importante que la gente que practica jogging no use ropa sintética, porque el roce con la piel puede producir dermatitis. Se recomienda la fibra natural.
El agua con cloro seca mucho la piel. Las duchas de después del baño deben ser lo más cortas posible y a temperatura no muy alta. Y por supuesto, conviene hidratarse después de cada baño.
El Ministerio de Sanidad ya alertó hace años de los peligros de los tatuajes de henna no natural tan comunes en verano por ser estos meses tan propicios a enseñar más la piel. Esta sustancia, si es natural, no supone ningún riesgo para la piel, pero sí puede ser un problema si no es natural (la llamada henna negra), ya que la mayoría llevan sustancias del grupo de la parafenilendiamina, que pueden producir “manchas, decoloración permanente de la piel y cicatrices en la zona decorada”. El blog www.tatuajesconhenna.blogspot.com ofrece mucha información en este sentido.
Mención especial merecen los niños. Existen numerosas publicaciones que relacionan las quemaduras solares de la infancia con la aparición de cáncer de piel en la edad adulta. Por ello, proteger a los más pequeños es fundamental. Los menores de tres años no deben quedar expuestos directamente al sol, y, a partir de esa edad, la crema de protección y los protectores físicos son imprescindibles.
Consejos cortesía del Dr. Martín Anaya.
Clínica Martín Amaya (Avda. Menéndez Pelayo, 9. Madrid 28009. Teléfono: 91 43 56 776).