Mis aventuras en Girona (II): sobre Dalí, huevos con polifenoles y un spa en la proa de un barco

21/10/11



Nuestras aventuras de hoy no han podido ser más divertidas. ¿Os imagináis desayunar en medio de una montaña, continuar el día en Figueres visitando el Dalí Museum, conocer unas estupendas gallinas llenas de polifenoles en un viñedo regentado por una joven pareja encantadora, disfrutar de un tratamiento facial en un auténtico spa del vino y acabar la tarde en un jacuzzi con vistas al Mar Mediterráneo?

¿Os damos envidia? ;)




Nuestro segundo día de viaje no ha podido ser más completo. Tras desayunar en el precioso Hotel Resguard dels Vents, del que ya os hablé ayer, y despedirnos con todo el dolor de nuestro corazón (¡es tan bonito que es imposible no enamorarse de él!), retomamos nuestro camino para visitar Figueres. He de confesar en este punto que tenía muchas ganas de conocerlo, porque siempre me ha apasionado Dalí y hasta hoy no he tenido la posibilidad de visitar el Dalí Museum. Y sólo puedo deciros que no me ha decepcionado. Después de visitar algunas de las obras clave de este gran artista, y de ser azotada por los vientos de la Tramontana (que para muchos son responsables de la genialidad de Dalí), me he quedado con ganas de más. Así que en cuanto vuelva a Madrid iré derechita al Reina Sofía para volver a empaparme de su mundo onírico.

Lo que más me ha llamado la atención es la colección de joyas de Dalí. Concebidas como obras de arte en movimiento, os aseguro que a nadie dejan indiferente. Con ellas, Dalí deseaba reivindicar el trabajo orfebre sobre el valor material de las mismas, tal y como se hacía en el Renacimiento. Me ha gustado especialmente una escultura-joya de un corazón cuajado de rubíes y granates... ¡que late! Otra de las obras de Dalí, totalmente contemporánea, es un precioso broche en forma de labios con perlas como dientes, un anillo en forma de corsé o un collar que imita el efecto de la escarcha sobre las hojas de las plantas.


Corazón Real, de Dalí

Como ya os contaba ayer, este viaje ha sido organizado por el Patronato de Turismo de Girona, y aunque esta provincia tiene tantos rincones mágicos que es imposible contarlos, creo que el programa de hoy ha sido más que acertado. Y hemos tenido el privilegio de contar con una magnífica guía que nos ha transportado al universo onírico de Dalí con una pasión contagiosa. Sí, lo habéis adivinado: ¡quiero volver!

Pero lo que no me esperaba era pasar de los huevos que decoran la fachada del Dalí Museum a unos huevos con auténticas propiedades cosméticas. Pero eso os lo explico más adelante :)


Con haber visitado el Dalí Museum ya me sentía más que satisfecha, pero en el programa nos tenían preparada una visita muy especial: una cata y una comida en Celler la Vinyeta, una bodega maravillosa en la que nos han tratado estupendamente. Josep y Marta, una joven pareja, son los encargados de dirigir el establecimiento, realizar la enología y la cata de vinos, comercializarlos, tomar las decisiones con respecto a las uvas que se van a plantar y los vinos que se van a producir... En definitiva, unos auténticos genios del mundo de la viña. Me ha llamado mucho la atención cómo conjugan un mundo tan tradicional como es el del vino con un aire moderno y más contemporáneo poco visto hasta ahora. Y, como muestra, un botón: el diseño de las etiquetas es muy creativo, tanto que incluso han ganado premios por ello.

Y en estas bodegas, además de producir unos vinos estupendos organizan catas divertidísimas y comidas en un entorno incomparable: viñedos, olivos centenarios y una pequeña granja con unas gallinas cuyos huevos podrían ser de oro. Me explico: nos han contado que sus gallinas se alimentan con la pepita y el pellejo de las uvas que se utilizan para hacer el vino, con lo que nosotras hemos deducido que sus huevos rebosan de polifenoles y resveratrol, que son unos potentísimos antioxidantes. Y tenemos que decir en nuestra defensa que las gallinas no presentaban una sola arruga. Sólo puedo deciros que sus huevos (fritos) estaban estupendos.

Merece mucho la pena detenerse en La Vinyeta para olvidarse del estrés, disfrutar de una buena comida y charlar con estos dos emprendedores, de un buen humor y un amor por la naturaleza que son contagiosos.

Instalaciones del Wine Spa en el Hotel Golf Peralada


Pero como nos habíamos propuesto ser las Willy Fogg de Girona, una vez acabamos nuestros huevos con polifenoles volvimos a coger nuestro transfer para ir al Wine Spa situado en Peralada. El Hotel Golf Peralada es un establecimiento magnífico, rodeado de campos de golf, viñedos y naturaleza , y tiene el mérito de haber sido pionero en utilizar la uva como base de su carta de tratamientos estéticos. Así que, como es natural, nos hemos lanzado de cabeza a probar la vinoterapia, y hemos salido encantadas. ¡Los productos olían de miedo! Y el vino suaviza muchísimo la piel.

¿A que es como estar en la proa de un barco?

Para acabar el día con un broche de oro, nos hemos trasladado a Roses, una población a la que tengo un especial cariño por un motivo que todavía no puedo desvelar. Nos alojamos en el Hotel Terraza Spa, en unas preciosas habitaciones con vistas al mar. ¡Un auténtico lujo! Y su spa está situado en el ático, de tal manera que cuando me he metido en el jacuzzi (sí, estaba yo solita, ¡qué gozada!), he podido disfrutar de una vista completa de la bahía de Roses. Im-pre-sio-nan-te. ¡Como si estuviera en la cubierta de un barco! Y para rematar nos han servido una magnífica cena a base de tapas de autor que no olvidaremos en mucho tiempo.

Y aunque es muy difícil condensar todas las aventuras y las risas que hemos disfrutado en nuestro segundo día de viaje por Girona, mucho me temo que hasta mañana no os contaré más cositas.

¿Qué sorpresas nos tendrán preparadas?

Si queréis echar un vistazo a los diferentes spas de la zona, podéis visitar http://www.spa.costabrava.org/