Conocí estos productos en una de las presentaciones de la marca hace dos años, e instantáneamente me enamoré de ellos. Concebida para despertar y renovar los sentidos, se basa en la tradición china del Laughing Buddha (el Buda sonriente). Durante siglos, se ha practicado el ritual de frotar su barriga para atraer buena suerte y prosperidad.
La marca ha querido rendir homenaje a esta tradición creando una línea optimista con la que atraer la felicidad a nuestras vidas. Se basa, cómo no, en notas cítricas (madera de cedro, yuzu, naranja dulce y mandarina orgánica). En aromaterapia se emplean estos ingredientes para ofrecer un efecto revitalizante sobre cuerpo y mente.
Laughing Buddha se compone de ocho productos para el cuidado de la piel y el cabello, pero mis favoritos son tres: